La lamentable situación en que se encuentra el sector fotovoltaico tiene su origen en la irresponsabilidad de los políticos del Psoe que dieron barra libre en subvenciones y primas al sector cuando asomaba la crisis. Los inversores que destinaron su capital en el sector fotovoltaico se encuentran ahora con un Gobierno que tiene un concepto de la seguridad jurídica próximo al de una república bananera, y en vez de dimitir, marcharse y callarse, tratan de endosar su fracaso a los ahorradores que de buena fe confiaron en el Estado de Derecho.
La alternativa presentada por el PP no deja de ser igualmente lamentable, desentendiendose del sector y tratando igualmente de no asumir los compromisos asumidos por el Estado.
Los principios de seguridad jurídica y de confianza legítima estan siendo ignorados por el Gobierno, dando una imagen internacional que poco favorece a la inversión.