Un grupo de científicos de los Laboratorios Nacionales de Sandia ha desarrollado células fotovoltaicas diminutas que podrían revolucionar la forma de recolectar y usar la energía solar. El investigador principal a cargo de la investigación es Greg Nielson. Las pequeñas células solares podrían convertir a una persona en un cargador solar ambulante de pilas.Las microcélulas solares, fabricadas de silicio cristalino, tienen un gran potencial para varias aplicaciones nuevas. Se espera que al final sean menos caras y tengan una mayor eficiencia que las células fotovoltaicas actuales, basadas en un diseño de tamaño convencional. Las células se fabrican usando técnicas asociadas a los sistemas microelectrónicos y microelectromecánicos (MEMs), comunes en las fábricas modernas del sector de la electrónica.Entre las ventajas de estas microcélulas fotovoltaicas, figuran nuevas aplicaciones, costos potencialmente reducidos y eficiencias superiores.
En el futuro, podrían fabricarse en serie, de un modo que facilitase cubrir con ellas las superficies de algunos artículos y estructuras para así dotarlos de la capacidad de recolección de energía solar, incluyendo carpas y posiblemente hasta ropa. Esto haría posible que los cazadores, los excursionistas o los militares recargasen en el campo las baterías de sus teléfonos, cámaras y otros dispositivos electrónicos mientras caminan o descansan.Parte de la reducción potencial de los costos se debe a que las microcélulas necesitan relativamente poco material para formar dispositivos bien controlados y muy eficaces.Con un espesor de 14 a 20 micrómetros, son mucho más delgadas que las células solares convencionales, aunque tienen aproximadamente la misma eficiencia. Dicho de otro modo, usan 100 veces menos silicio para generar la misma cantidad de electricidad. Como son mucho menores y sufren menos deformaciones mecánicas que las células convencionales, en iguales escenarios de uso, también pueden ser más fiables a largo plazo.
4/2/10
Microcelulas solares
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