El gobierno federal estadounidense ha anunciado ayudas a fondo perdido por valor de 50,5 millones de dólares destinadas al desarrollo de la eólica marina. El anuncio coincide con la publicación de la Estrategia Eólica Marina Nacional, cuya meta es "desarrollar una industrial eólica marina sostenible y de clase mundial", según el Departamento de Energía.El DOE (Department of Energy) ha identificado cuatro Áreas de Energía Eólica en el Atlántico medio que serán susceptibles de planificación eólica marina a gran escala.
Las áreas señaladas se encuentran en el extremo de la plataforma continental de Delaware (122 millas náuticas cuadradas); Maryland (207 millas cuadradas), Nueva Jersey (417 millas) y Virginia (165 millas). Estas zonas deberán ser sometidas a estudios ambientales coordinados y los proyectos se podrán beneficiar de procedimientos acelerados. El impulso a la eólica marina forma parte de las acciones del gobierno para llegar a su objetivo de producir un 80% de la energía eléctrica de Estados Unidos (EEUU) con fuentes limpias de aquí al año 2035.
La estrategia se centra en tres retos principales: reducir el coste del megavatio instalado de esta tecnología; aportar soluciones técnicas a la instalación, operación e interconexión de los parques; y, por último, incrementar el conocimiento tanto de los emplazamientos como de los procesos administrativos. El fondo asignado pretende ayudar a atajar estos retos, según el gobierno.
Los secretarios del Interior, y de Energía, Ken Salazar y Steven Chu, respectivamente, han puntualizado que el dinero será destinado a ayudar al despliegue de los aerogeneradores en "varias áreas eólicas de prioridad en la costa del Atlántico medio" con vistas a "impulsar un desarrollo rápido y responsable".De los 50,5 millones de dólares que serán repartidos a lo largo de los próximos cinco años, unos 25 serán destinados al desarrollo tecnológico, especialmente en el campo de "las herramientas y hardware de innovación de diseño de aerogeneradores".
Las actividades especificas incluyen el desarrollo de herramientas de computación libres y la optimación de sistemas de control acoplados al rotor "para optimizar los sistemas eólicos de próxima generación", según afirma el Departamento de Energía. Otros 18 millones de dólares se destinarán a analizar y proponer soluciones a la cadena de suministros y otras facetas que podrían obstaculizar el despliegue marino, tales como la planificación de las redes eléctricas y la caracterización del recurso eólico.
También habrá una partida de unos 7,5 millones de dólares destinada a las mejoras en el diseño y operación de los trenes de potencia. Según el secretario de estado de Energía de los Estados Unidos, Steven Chu, "la eólica marina puede reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, además de diversificar nuestro suministro energético, así como de estimular la recuperación económica".
La apuesta del gobierno Obama por esta tecnología eólica contrasta con la política energética del gobierno Zapatero, cuyas restricciones económicas y vaivenes normativos han costado, al menos, a lo largo de los dos últimos años, diez mil puestos de trabajo en el sector de las renovables, inmerso en una crisis dominada por la incertidumbre. España, por cierto, no tiene aún ni un solo megavatio eólico marino instalado y, según todos los observadores, podría no tenerlo, dado lo alambicado de los procedimientos de autorización, hasta el año 2014.