20/10/07

La energía fotovoltaica española atrae a 12.000 inversores


El sector vive un crecimiento sin precedentes, con decenas de promotores que buscan alternativas. Las primas que recibe esta energía han creado una burbuja. Su desaparición ahora le ha puesto en armas contra el Gobierno.

Algunos no dudan en llamarlo burbuja, como la que se creó con los portales de Internet. Otros hablan de “sobrecalentamiento”. Si se analizan los datos no cabe duda; dan vértigo.

Según estadísticas de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (Asif), una de las patronales del sector, elaboradas a partir de datos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y del Ministerio de Industria, en 1998 había apenas seis inversores con instalaciones fotovoltaicas que vertían electricidad a la red eléctrica general.
En agosto de este año se contabilizaban ya 11.969. En lo que va de año, el volumen ha crecido en 2.450 (una media de 306 nuevos inversores cada mes).

Fuertes primas
Las fuertes subvenciones que reciben este tipo de instalaciones, a través de lo que se conoce como primas (venden por ley la luz a la red cuatro veces más cara que lo que suele costar otro tipo de electricidad), ha sido uno de los grandes reclamos para los inversores, explica José Luis Galindo, consejero delegado de Enertis, grupo especializada en el asesoramiento de energía solar.

Muchos proyectos –sobre todo los que se sitúan en campo abierto, y que se denominan huertas solares–, han sido creados con sofisticadas fórmulas financieras. Por ejemplo, a través de un promotor que luego vende participaciones a inversores con altos patrimonios.

El resultado ha sido un crecimiento exponencial. En 1998, apenas había un megavatio (MW) de potencia instalada en toda España. Ahora ya hay cerca de 400 MW, y se está creciendo a una velocidad de entre 200 MW y 300 MW cada año, explica Javier Anta, presidente de Asif. Este crecimiento ha desbordado todas las previsiones, haciendo añicos el sistema de primas establecido.

Inversiones en juego
El Ministerio de Industria está en proceso de dictar una nueva normativa para reducir las subvenciones, algo que no contenta a nadie (ver información adjunta). En juego hay inversiones multimillonarias. Cada megavatio supone 6 millones de inversión. Son más de 1.200 millones de euros de inversión al año, explican fuentes de las empresas fotovoltaicas. Ante la incertidumbre, algunos proyectos han empezado a tener problemas para su financiación.

Sobre todo teniendo en cuenta los mecanismos tan sofisticados a los que se ha recurrido en los últimos años, como el project finance. Bajo esta fórmula, las entidades anticipan el dinero y lo van recuperando en función de los ingresos del proyecto cuando éste ya funciona.

vía