10/1/08

Las estaciones compactas de tratamiento de agua de alimentación solar traen la promesa de agua a los países más pobres

Investigadores del Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar (ISE) han ensayado con éxito unas plantas descentralizadas de tratamiento de agua de reducidas dimensiones y con fuente de alimentación autónoma. Su objetivo es ponerlas en el mercado durante el verano de 2008.

Estas plantas compactas, desarrolladas en el marco de dos proyectos financiados por la UE, son capaces de producir, a partir de agua del mar o aguas salobres, entre 120 y 150 litros diarios de agua potable. El sistema «se compone de seis metros cuadrados de colectores solares térmicos, un pequeño módulo fotovoltaico diseñado para alimentar la bomba y el propio módulo de desalinización», explica Joachim Koschikowski, ingeniero del ISE.

El desarrollo del concepto tuvo como principal objetivo asegurar el bajo mantenimiento de las instalaciones, comentó a Noticias CORDIS el señor Koschikowski. De hecho, han sido diseñadas para operar en zonas áridas y semiáridas de África e India, en las que el suministro de agua potable se hace cada vez más complicado y las grandes plantas industriales de desalinización no se presentan como una solución viable. «Estas regiones carecen de infraestructuras adecuadas. La ausencia de red eléctrica en muchas zonas hace descartable la instalación de plantas desalinizadoras tradicionales», señaló el señor Koschikowski.

Las instalaciones de prueba de Jordania y Gran Canaria han dejado claro que los investigadores han conseguido su objetivo. Tres años son los que lleva funcionando la estación de Gran Canaria, según indica el señor Koschikowski. Hasta la fecha, sólo ha sido necesario reparar algún que otro cable y sustituir la bomba. «No son más que dificultades iniciales. En principio, la planta ha sido diseñada para no necesitar mantenimiento.»

El sistema de desalinización se basa en el principio de destilación con membranas: «Una vez calentada, el agua salada es dirigida hacia una membrana impermeable y microporosa», explica el señor Koschikowski. «El agua potable fría fluye al otro lado de la membrana. El gradiente de presión de vapor derivado de la diferencia de temperatura provoca la evaporación de parte del agua salada y su paso por la membrana. La sal permanece atrapada y el vapor de agua se condensa al enfriar en el otro lado de la membrana. Se obtiene así agua limpia, libre de gérmenes.»

Otros métodos, entre ellos la ósmosis inversa o la destilación solar, son más sensibles a las impurezas del agua o más ineficaces que el sistema que nos ocupa. De hecho, las plantas de destilación con membranas se caracterizan por su solidez y su facilidad de uso. No sólo eso, sino que el sistema recupera el calor generado por el proceso de destilación, aumentando la eficacia de energía.

Los investigadores del Instituto Fraunhofer han desarrollado, además, un sistema de doble circuito en el que se conectan varios módulos de desalinización, cuya potencia combinada permite tratar a diario una cantidad de varios metros cúbicos de agua.

Aun cuando los 150 litros de agua potable producidos por las plantas compactas parecen representar una gota en el océano si se comparan con esto, el señor Koschikowski afirma que existe una demanda real de capacidades menores. Y es que en los países en desarrollo el consumo de agua es muy inferior. De ahí que una pequeña planta pueda suministrar agua potable a nada menos que quince personas.

El precio de mil litros de agua potable ascenderá a unos 10 euros tan pronto como las plantas entren en fase de producción de masa. «Si uno se fija en lo que se paga por la misma cantidad de agua embotellada o refrescos, la planta será rentable en nada de tiempo», concluye el señor Koschikowski.



Para más información, consulte: http://www.ise.fhg.de/