12/3/08

Silicon Valley empieza a fijarse en el sol


¿Puede convertirse Silicon Valley en líder mundial de paneles solares baratos y abundantes para las masas? Teniendo en cuenta su gran éxito en los últimos años con productos tan básicos como los buscadores en Internet y los reproductores de música, puede parecer improbable que aborde la energía solar. No obstante, algunos de los cerebros más brillantes de Silicon Valley se sienten atraídos por este reto.

Hay un precedente que explica cómo intentan enfocar allí dichas tareas, representado en la Ley de Moore, la máxima que hizo famosa el cofundador de Intel, Gordon Moore. Dicha máxima habla de las rápidas mejoras en los procesadores para ordenadores, que irían acompañadas de una bajada de los precios.

Un vínculo entre la Ley de Moore y la tecnología solar refleja la realidad del mundo de la ingeniería de que los chips de los ordenadores y las células solares tienen mucho en común. "Una célula solar no es más que un procesador grande y especializado, así que todo lo que hemos aprendido sobre la fabricación de chips lo podemos aplicar", afirma Paul Saffo, un profesor de ingeniería en la Universidad de Stanford y analista experimentado de Silicon Valley.

La oportunidad financiera también mueve a los innovadores a explotar el campo solar. "Éste es el mayor mercado al que le ha echado el ojo Silicon Valley", comenta T. J. Rogers, director general de Cypress Semiconductor, copropietaria de SunPower Corporation, un fabricante de placas solares de San José, California.

Rogers, que también es presidente de SunPower, opina que el mercado global para las nuevas fuentes de energía terminará siendo mayor que el mercado de los procesadores para ordenadores. "La energía es algo que va a 'molar' a los empresarios durante los próximos 30 años", asegura.

Nanosolar, una empresa de energía solar de San José, California, envió por barco sus primeros paneles solares "de capa fina" en diciembre, y dice que quiere acabar produciendo paneles que sean más eficaces a la hora de convertir la luz solar en energía y que resulten a su vez más asequibles que las versiones actuales.

Claro que la aventura amorosa entre Silicon Valley y la energía solar podría ser efímera. "Llevamos años viendo muchos castillos en el aire en el sector, y muchas de las afirmaciones tajantes nunca se materializaron", señala Lisa Frantzis, especialista en energías renovables de Navigant Consulting en Burlington, Massachusetts.

Otro obstáculo que se podría encontrar en el camino de la innovación solar es el comportamiento de los consumidores. Es posible que los propietarios de viviendas tarden en sustituir las caras calderas con las soluciones de la nueva era solar. La fiabilidad también es un factor a tener en cuenta, ya que, aunque las tecnologías solares actuales han demostrado que son relativamente duraderas, se desconoce la capacidad de recuperación que tendrá la próxima generación de energía solar.

Entonces, ¿qué aporta Silicon Valley al conjunto? Su pericia en la miniaturización y una pasión por la novedad. "De repente están llegando un montón de nuevas ideas a este campo", asegura Paul Alivisatos, catedrático de química en la Universidad de California, Berkeley, que también tiene una empresa nueva de energía solar.

Un método novedoso es la denominada "corriente térmica solar", que hace uso de grandes espejos para generar vapor que hace girar unas turbinas convencionales que generan electricidad.

En 2006, Vinod Khosla, un veterano inversor de capital riesgo más conocido por ser el cofundador de Sun Microsystems, descubrió una recóndita compañía australiana, Ausra, que se dedicaba a las corrientes térmicas solares. Khosla convenció a la directiva de Ausra de que se trasladaran a Silicon Valley y les ayudó a recaudar dinero. Ausra firmó hace poco un acuerdo con PG & E, una importante empresa de servicios públicos californiana, para suministrarle una gran planta solar. "El mejor trabajo en el campo de la energía solar se está llevando a cabo en Silicon Valley", declara Khosla.

Otro ámbito interesante es la energía solar de capa fina, en la que las placas se crean de una forma muy similar a como se crea la memoria en los aparatos de almacenamiento masivo, como los discos duros, lo que permite al sector sacar partido de la experiencia de Silicon Valley. "Se está destinando mucho dinero a esta cuestión y eso es sano, porque le da muchas posibilidades de éxito", comenta Alivisatos. "Pero perdemos una parte tan grande de nuestros esfuerzos en victorias a corto plazo que me preocupa que en diez años se trunquen nuestros planes".

El miedo a una burbuja de la energía solar es legítimo, pero tras años de estancamiento, los empresarios dicen que los recientes acontecimientos en este ámbito son positivos.

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