7/4/09

Un toldo solar para enfriar el planeta perjudicaría la industria solar

El concepto de retardar el calentamiento global mediante la estrategia de agregar partículas a la atmósfera superior para refrescar el clima podría reducir involuntariamente hasta en una quinta parte la capacidad máxima de generación de electricidad de las grandes centrales eléctricas de energía solar, según un nuevo estudio de la NOAA.

Inyectar partículas en la estratosfera podría tener consecuencias imprevistas para esta fuente alternativa de energía que se espera ejercerá un papel importante en la transición hacia la reducción y posterior abandono del uso de los combustibles fósiles.

La Tierra se está calentando a medida que la quema de combustibles fósiles produce dióxido de carbono, el principal gas responsable del cambio climático artificial. Para neutralizar el efecto, algunas propuestas de geoingeniería se basan en oscurecer la luz solar para así reducir o demorar el calentamiento global.

Entre las ideas que se exploran está la de inyectar partículas pequeñas en la atmósfera superior con el fin de producir un enfriamiento del clima similar al causado por las grandes erupciones volcánicas, como la del Monte Pinatubo en 1991. Los aerosoles de azufre flotando en la estratosfera refrescaron la Tierra durante unos dos años tras esa erupción.

Daniel Murphy, científico de la NOAA, comprobó de manera detallada que las partículas en la estratosfera reducen la cantidad, y cambian la naturaleza, de la luz solar que incide sobre la Tierra. Aunque una fracción de esa luz solar entrante es reflejada de regreso al espacio (provocando el efecto refrescante), una cantidad mucho mayor se vuelve radiación difusa, que es la luz esparcida a lo largo y ancho del cielo sobre nosotros, que le da su tono azulado.

En promedio, por cada vatio de luz solar que las partículas reflejan de regreso al espacio, se convierten otros tres vatios de radiación directa en radiación difusa. Las grandes centrales eléctricas solares que concentran la luz del Sol para aumentar su eficiencia dependen exclusivamente de la radiación directa y no pueden usar la radiación difusa.

Murphy verificó sus cálculos usando observaciones de larga duración de radiación directa y difusa de la NOAA antes y después de la erupción de 1991.

Después de la erupción del Monte Pinatubo, el rendimiento máximo de las Estaciones Solares de Generación Eléctrica en California, el conjunto más grande de generadores eléctricos solares en el mundo, cayó en un 20 por ciento, a pesar de que las partículas estratosféricas de la erupción redujeron ese año la luz solar total en menos de un 3 por ciento.