14/11/08

El fotovoltaico español y el impulso a la exportación.

Una obligación que impulsa a exportar

El apoyo estatal a las fuentes de energía renovable en los últimos cinco años permitió a la industria solar española crecer enormemente. Siguiendo el ejemplo de la Ley de Energía Renovable alemana, el sistema de tarifas feed-in esbozado por el Real Decreto 436/2004 y el Real Decreto 1634/2006, permitió a los productores españoles instalar más de 100 MW en solo un año (2006), mucho más que los 60 MW instalados en todos los años posteriores juntos. Con la decisiva revolución dada por el Real Decreto 661/2007, la cual animó mas inversiones, la industria solar aumentó su capacidad de producción hasta 400 MW/año (ya hay incluso empresas que están invirtiendo que permitirán doblar esta cuota en poco tiempo) y consiguió crear 6000 nuevos puestos de trabajo.

Con el respaldo de excelentes y renombrados centros de investigación públicos y privados como CIEMAT, CENER y el IES de la Universidad de Madrid, el número de empresas solares españolas aumentó de alrededor de 200 en el año 2000 a más de 600 en el 2006. En sus primeros pasos, la industria financiaba principalmente su crecimiento exportando módulos, alrededor del 80% de la producción, más tarde, con el crecimiento de la demanda interna debido a la intervención del estado la cuota de exportación disminuyó un 50% y España se convirtió en el segundo país Europeo en instalaciones de potencia generada, alcanzando antes de cualquier previsión el límite de 1.200 MW que ha sido establecido por la generación fotovoltaica.

Esto es principalmente porque 2008 ha sido un año de preocupación para las asociaciones sectoriales. Como sus colegas de toda Europa, ellas también tienen miedo por el futuro de los incentivos y objetivos del sector solar nacional; toda Europa converge con la idea de un decrecimiento más rápido de las tarifas de incentivos (Alemania lo hizo el junio pasado con la nueva enmienda de la Ley de Energía Renovable), lo que sería el último compromiso a aceptar, para hacer que la industria crezca más lentamente y posponer un límite más estricto a la generación, que comprometería seriamente, en términos financieros, el futuro desarrollo del mercado solar español. El problema es que el mercado ya es gigantesco y tiene que ser estabilizado tan pronto como sea posible. Para tener una idea general, se estima, que con la regulación presente, la generación de potencia instalada no debería crecer más de 400/450 MW/año mientras que hoy en día, solo en Castilla-La Mancha se están construyendo más de 600 MW.

Por esto y por otras razones, después de estos años de desarrollo técnico y consolidación económica, ha llegado el día en el que las empresas solares españolas se concentren de nuevo en el entorno internacional.



Diseño para un avance internacional

Para enfrentarse a este desafío crucial, las empresas españolas deben desarrollar una estrategia internacional a largo plazo comenzando de la nada. Para hacer esto hoy en día, el primer paso es moverse al Mar Mediterráneo: ya que es la zona irradiada más homogénea en el continente (lo que se reduce a costes menores de transporte e interconexión), esta es la única que todavía provee las mejores garantías económicas, administrativas y financieras. Debido a los esquemas de incentivo para renovables adoptadas por Italia y Francia, los operadores financieros de esos países apoyan aún al mercado y a los clientes finales, los cuales se revelan siempre muy conscientes confirmando cada vez el éxito de las mayores ferias comerciales in loco. Además los sectores solares italianos y franceses no están verticalmente integrados, así que ellos aún necesitarán importar componentes para cubrir diferentes secciones de la cadena de valor, para poder ser capaces de diferenciar sus mix de energía y llevar a cabo la Directiva 2001/77/CE: esto es por lo que estos países siguen ansiando objetivos más altos de producción de energía limpia y proveen considerables fondos para apoyar inversiones a nivel regional y municipal, que la mayoría de las veces no está investigado por operadores internacionales y se quedan incluso sin usar.

Pero también será decisivo establecer una red de trabajo fuerte y estable de sociedades y cooperaciones con el mayor mercado para energía solar en Europa, con esto se refiere a Alemania. Esta tarea será difícil y también requerirá un compromiso constante, substancial y articulado, ya que el mercado alemán presenta muchas especificaciones propias y puntos críticos, los cuales tienen que ser perfectamente comprendidos y tanto como sea posible dirigidos.

Es de gran importancia para las empresas españolas comenzar a hacer algo de lo que probablemente no han hecho hasta el presente: invertir más y más en concepción estratégica, comunicación intercultural y una asesoría continuada. Confiarse más en soluciones creativas y estar preparado para capturar nuevas posibilidades surgidas de un mercado que cambia increíblemente rápido, siempre generando innumerables caminos por descubrir.

El caballo y el jinete

Como la antigua metáfora del caballo y el jinete, la potencia se pierde en ausencia de un control apropiado. Esta reclamación se ajusta bien a la condición actual del sector solar español: la industria tiene enormes potencialidades en términos de producción e investigación y habría que controlarlas de la mejor manera en un área internacional. No hacer esto podría ser un descuido peligroso ya que el Mercado Europeo de energías renovables se desarrollará próximamente a través del Área Mediterránea y en pocos años hacia Europa del Este.


Giordano Simoncini y Raquel Pérez Alonso
Agentur Pferd & Reiter