Solúcar alberga cinco ambiciosos proyectos de I+D en tecnología termosolar y fotovoltaica. Al verlos, se lee claramente cuáles son los retos de esta industria en el futuro: mayor eficiencia de las tecnologías con menores costes y conseguir, además, almacenar y gestionar, en la medida de lo posible, la energía renovable obtenida. En total, Abengoa invirtió 29,5 millones de euros en innovación solar en 2008, más del doble que el año anterior.
El proyecto de almacenamiento más prometedor es aquel que utiliza sales fundidas calentadas a partir del fluido térmico que se calienta en la planta. No son la única empresa que prueba y desarrolla este sistema en España. En ello también están ACS y Torresol. Sin embargo, el proyecto de I+D de Abengoa lleva construido desde finales de 2008 y en él se están probando varias mejoras tecnológicas, entre ellas un nuevo diseño de intercambiador de calor entre los tanques de sales.
Abengoa ya está preparando la aplicación de esta técnica en su planta termosolar de Arizona, Solana, que tendrá 280 MW de potencia instalada y un almacenamiento "que podrá sostener hasta seis horas de producción", dicen en Abengoa, cuando ya no haya sol. Esto puede suponer en el futuro que la planta de Arizona "no pare nunca de producir, ni siquiera en días nublados", estiman.
Reducción de costes
Pero uno de los principales objetivos que tienen que cumplir las renovables, más allá de ser gestionables, es conseguir una reducción de costes que las haga competitivas con los combustibles fósiles. En Abengoa, enfocan esta meta desde dos perspectivas: más eficiencia de las plantas y menor uso de materiales.
Entre la PS10 y la PS20, hay una instalación que responde a la misma filosofía que las comerciales sólo que mucho más pequeña. Es una "torre solar de segunda generación", en la que se prueba si se genera más electricidad aumentando la temperatura del vapor generado por la planta.
Responsables de Abengoa en Solúcar adelantan que el objetivo es lograr "un aumento del rendimiento de la planta de hasta un 20%". Es decir, el mismo número de placas y la misma altura de torre pero mayor producción energética. La pequeña planta de demostración terminó su construcción a principios de 2009 y están cerrando los últimos detalles para su puesta en marcha.
Otra de las ideas que prueban en esta planta de Sevilla implica menor uso de materiales y por tanto, menor coste. Las plantas termosolares utilizan un fluido térmico que se calienta y luego, traspasa su poder calorífico a agua, que es la que genera vapor. En la tecnología cilindro-parabólica, este fluido se desplaza por un tubo que pasa en medio de las placas cóncavas de espejo, que reflejan el sol en la tubería. Lo que plantean y prueban ahora en Abengoa es sustituir este fluido térmico por agua, consiguiendo el mismo resultado, de modo que se ahorre una materia prima y se gane en eficacia. Esta planta de demostración está actualmente en construcción y esperan empezar a operarla en los próximos meses.