Tecnología del futuro. Eso es lo que siguen buscando los regantes de la Región para conseguir más eficiencia en el riego, en el aprovechamiento del agua y en la repercusión económica. Unas apuestas que ahora se encuentran condicionadas por la liberalización de los precios de la energía y por los altos costes que están repercutiendo en las comunidades de regantes de España.
Los ingenieros especialistas en regadíos siguen dándole vueltas a la cabeza para que las exigencias de los regantes, sobre todo del sureste español, se hagan realidad. Y han llegado a dos conclusiones, entre otras, que mejorarían tanto los costes como el aprovechamiento del agua. Por un lado están las mantas solares que cubrirían las balsas y por otro la elevación de estas balsas para reducir costes eléctricos.
En el primer caso se trata de sustituir las actuales mallas sombreadoras por una manta que, además de evitar la evaporación por insolación, produciría energía eléctrica para el consumo que tiene de iluminación y de ordenadores en los edificios anexos a estas infraestructuras. «Aunque la electricidad producida sería pequeña, sí que serviría para un consumo adicional del regante», indicó el ingeniero de regadíos, Enrique Salamanca, presente en el XXVII Congreso Nacional de Riegos, que bajo el lema El regadío, motor de desarrollo y fuente de alimentos, se desarrolla hasta mañana en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas.
En el segundo, intentan reducir los costes eléctricos elevando, siempre que el terreno lo permita, las balsas. De esta forma bombearían el agua desde la zona suministradora (un río o un canal) y la elevarían a determinadas horas cuando los costes energéticos son mucho menores. «Por medio de un ordenador se controlaría las horas en las que se puede llenar esta balsa, y los regantes podrían utilizarla en el momento que lo necesitaran», aseguró Salamanca.
El ex presidente de los regantes, Francisco Del Amor se mostró cauteloso. «En la utilización de los desniveles fuimos nosotros pioneros en Mula hace años para durante algunos meses no tener que utilizar energía. Pero hay que utilizar las nuevas tecnologías, que siguen las líneas que teníamos hace años para el riego deficitario de alta frecuencia y el aprovechamiento de riesgo subterráneo. Así sí que podríamos ahorrar agua y energía. Ahí es donde se puede seguir investigando».