Las energías renovables están posibilitando en Andalucía la creación de un importante número de empresas fabricantes de distintos componentes. El nivel tecnológico de estas entidades es muy elevado, por lo que además de poner en marcha las actividades económicas con el consiguiente resultado positivo para la economía andaluza, permiten incrementar en gran medida la potencialidad en I+D+i.
Inmersos en una crisis financiera y energética a nivel mundial, con un modelo todavía basado en gran medida en combustibles fósiles agotables, las energías renovables se están convirtiendo en una oportunidad para sortear la crisis apostando por el desarrollo sostenible y buscando un nuevo sistema energético. A esto contribuye la disposición de recursos renovables en la comunidad y la existencia de un tejido empresarial e industrial que apueste por reforzar su economía y, a la vez, aleje a la comunidad de su dependencia energética del exterior.
La apuesta conjunta de administraciones, empresas e investigadores se dirige ahora a convertir a Andalucía en una referencia internacional en el desarrollo de tecnologías relacionadas con la generación y el aprovechamiento de las energías renovables, gracias al potencial eólico, solar y de biomasa, con el objetivo de buscar el liderazgo tecnológico e industrial apoyando proyectos innovadores.
El sector de las energías renovables presenta unas posibilidades de desarrollo y de creación de empleo que contrarrestan la reducción que han sufrido otros sectores. De esta forma, muchas de las empresas del sector se han centrado en producir componentes esenciales, infraestructuras y sistemas destinados a las especificidades de las energías renovables, que permiten innovar y potenciar las áreas de investigación y desarrollo del tejido empresarial.
Sectores de actividad
Son muchas las apuestas que han realizado las empresas en el ámbito de las energías renovables. En cuanto a tecnología eólica, destacan la fabricación de torres de aerogeneradores (Aemsa-Santana Motor) o de palas eólicas de última generación (Aeroblade en la Bahía de Cádiz, Eozen en Granada -fabrica también aerogeneradores y sus pedidos llegan a Portugal, Alemania, Canadá e incluso a India-, o Suzlon en Almería, que incluye en su proyecto la instalación del Almacén Central Europeo de Repuestos y el Centro Europeo de Formación Técnica Permanente).
Al sector de las eólicas se une la apuesta por la termosolar o la fotovoltaica. Entre los ejemplos existentes, en el ámbito de las infraestructuras, podemos destacar la primera central termosolar con tecnología de torre (Abengoa, en Sanlúcar la Mayor) o complejos como los de Andasol (El Marquesado de Zenete, Granada) o Valoriza Energía (Lebrija, Sevilla).
En cuanto a la fabricación de componentes, destacan Schott, que fabrica tubos absorbedores de los colectores cilindro-parabólicos en el centro que posee en el Parque de Actividades Medioambientales de Aznalcóllar (PAMA) , o las empresas Solel -la primera fábrica integrada en la que se producirán todos los componentes necesarios de un campo solar termoeléctrico-, Enertol-Santana (cuenta con la participación de la israelí Ener-t y el Grupo Enhol, de Navarra), Eucomsa o Captación Solar, dedicadas a la fabricación de paneles solares, estructuras metálicas, espejos cilindro-parabólicos y receptores para la energía termosolar.
El sector de la energía solar fotovoltaica también ha generado una industria específica para dar cobertura a las necesidades de las instalaciones solares (placas fotovoltaicas, fabricación de captadores solares térmicos, módulos fotovoltaicos, generación de polisilicio y tubos absorbedores para plantas termosolares), con empresas como Isofotón en Málaga, Gadir Solar en Cádiz, provincia en la que también desarrollan su actividad TerraSun o Génesis Solar, muchas ellas centradas abaratar las inversiones, lo que tendrá una repercusión directa en el incremento de las instalaciones.
Sobre los biocombustibles, el grupo Aurantia va a poner en marcha en la Bahía de Cádiz una planta de producción de biodiésel a partir de aceites de microalgas que producirá 20.000 toneladas de este carburante ecológico al año a partir de cultivos como la soja, colza, girasol, palma, jatrofa y microalgas, un proyecto que requiere una inversión de 48 millones y que apuesta por la tecnología de vanguardia.
Esta apuesta industrial se ve reflejada en la producción energética, ya que las energías renovables suponen ya más del 20% de la potencia eléctrica total instalada en Andalucía. Respecto a los diversos tipos de energía renovables, en 2007 se han instalado 749,2 MW de potencia eléctrica, un 53,8% más que el año anterior y una tasa muy por encima de la media del 10,4% de los últimos seis años. Esta cantidad eleva la potencia total instalada en Andalucía con energías renovables a 2.141,3 MW.
Producción energética
Esto significa que Andalucía ha alcanzado la “autosuficiencia” en producción de energía eléctrica y contribuyeron a evitar en 2007 en 2,25 millones de toneladas las emisiones de CO2, alcanzando un ahorro de energía primaria de 259 Ktep, lo que supone el cumplimiento del 98,3% de la cantidad prevista en el Pasener (Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética 2007-2013).
Por tipos, la energía eólica alcanzó en Andalucía en 2007 los 1.291,7 MW de potencia instalada, un 112% más que el año anterior, siendo, junto a la fotovoltaica, la que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años, hasta suponer el 60,3% de la potencia eléctrica renovable y el 12% de la total. Por provincias, destaca Cádiz, que acumula el 55% de la potencia eólica instalada actualmente, seguida de Granada, con el 20%, y Almería, con el 16%.
La expansión también ha sido destacable en la solar fotovoltaica, ya que la suma total de la potencia instalada hasta la entrada en vigor del nuevo Real Decreto 1578/2008, que entró en vigor el pasado 30 de septiembre, alcanza los 659MW. De hecho, en ese periodo de 2008 la potencia solar fotovoltaica instalada y en funcionamiento se multiplicó por once.
A la potencia fotovoltaica hay que sumar la instalaciones aisladas para abastecer viviendas y bombeos de agua, que crecen a un ritmo superior a 500 Kwp instalados al año y han alcanzado ya los 6.226 Kwp.
En cuanto a la energía termosolar, la comunidad autónoma cuenta con 1.886 MW autorizados para la conexión eléctrica y una potencia en construcción de 220 MW más, que se pondrán en marcha antes de finales de 2010.
En solar térmica, Andalucía es la primera comunidad en instalaciones, con cerca del 40% de la superficie instalada en España. A finales de 2007, la región andaluza contaba con una superficie total de 415.350 metros cuadrados, con los que se evita la emisión a la atmósfera de más de 82.600 toneladas de CO2 anuales, el equivalente a retirar de la circulación más de 33.700 vehículos.
En consumo de biomasa, Andalucía lidera este sector a nivel nacional, con un 30% de la producción de energía eléctrica total a partir de este recurso, contando con 15 plantas de generación eléctrica de biomasa, que suman 164,2 MW.
A la aportación de la biomasa hay que sumar otros 16,2 MW procedentes de las trece plantas de biogás existentes en Andalucía y a otros aprovechamientos, como los usos térmicos de la biomasa o los carburantes.
En cuanto a los biocarburantes, Andalucía cuenta con cinco plantas de biodiésel en funcionamiento y dos de biotetanol ETBE (Etil TerButil-Étel), experimentando en el último año incrementos superiores al 20%, alcanzando, en el caso de la biomasa térmica, un incremento del 56%.
El crecimiento constante de Irradia
Irradia Energía nació hace algo más de tres años del empuje de un pequeño grupo de personas experimentadas en el ámbito de las energías renovables que decidieron crear una pequeña empresa destinada a la promoción propia y a terceros de instalaciones de aprovechamiento de la energía solar, incluyendo el mantenimiento de las mismas, aunque su apuesta más decidida ha sido por la I+D+i. De hecho, consideran que la innovación es esencial, incluso en una pequeña empresa, y les ha venido tan bien que ya piensan en el mercado norteamericano como una apuesta de negocio de futuro, un mercado que consideran “interesantísimo”.
Gonzalo Castro, del departamento técnico de Irradia Energía, es claro al definir la empresa: somos gente joven, con ganas de trabajar y con experiencia en el sector de las renovables. De hecho, los cinco socios iniciales procedían de otras empresas del sector y el crecimiento constante de Irradia ya les ha permitido ampliar la plantilla hasta las quince personas.
Su línea de negocio principal es la ingeniería, con la promoción propia y a terceros de instalaciones fotovoltaicas solares así como eólicas, ofreciendo además el mantenimiento integral de las mismas y buscando siempre la optimización de los recursos.
Una de sus características principales es su apuesta continua por la innovación, por la I+D+i, una apuesta que les llevó a realizar un importante desembolso económico para formar parte como socios de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), lo que les ha permitido presentar cuatro proyectos innovadores desde que hace un año se integraron en ella.
Algo más que eólica
Uno de los ejemplos más destacables de lo que representa la innovación en el ámbito de las energías renovables está siendo desarrollado por Inerco, Greenpower y Endesa: Hidrólica pretende transformar en hidrógeno -un combustible “de futuro”- los excedentes de energía que se producen en los parques eólicos. El proyecto está implantándose ya en Tarifa y los promotores son muy optimistas ante sus resultados, según Patricio Navarro, de Inerco.
El proyecto plantea la integración del hidrógeno producido mediante electrólisis de agua como medio para solucionar los problemas de la naturaleza estocástica (azarosa, intermitente) de la energía eólica, incrementando su fiabilidad y su rentabilidad, creando al mismo tiempo una fuente no contaminante, como es el hidrógeno, para su utilización en el sector energético y en el transporte, optimizándose, al mismo tiempo, en control y uso de los aerogeneradores.
“Es una lavadora al lado de un molino de viento”, ejemplifica Navarro, para destacar que combina con una técnica muy novedosa tanto la generación de un “combustible de futuro” como la eficiencia de la energía eólica al dar solución a su almacenamiento.
Biomasa industrial
El segundo de los proyectos más innovadores en los que participa Inerco es el gasificador de biomasa, que llevan a cabo conjuntamente con el Grupo de Bioenergía de la Universidad de Sevilla y con la empresa Abonos Orgánicos de Sevilla (Aborgase). La clave de este proyecto es el aprovechamiento de la biomasa a partir de residuos orgánicos de una forma más eficiente que con la combustión, un proyecto que ha tenido tal aceptación que ya hay empresas agroalimentarias interesadas en su instalación e incluso centros tecnológicos dependientes de la Junta estudian su ubicación en sus sedes, dado su alto nivel de eficiencia, al permitir el uso de cualquier residuo como fuente de biomasa, además de no emitir CO2 y su baja producción de óxidos de azufre y nitrógeno.
Navarro destaca que el gasificador de biomasa es el único a nivel industrial en España, un hito que les ha llevado a ser llamados como ejemplo de empresa andaluza en el sector de la biomasa para explicar en Alemania, en unas jornadas que organizará la Junta, cuales son sus avances en materia de biomasa.
También destaca Navarro una de las áreas de investigación que llevan en unión con Aborgase, que es la transformación en biomasa de los residuos orgánicos urbanos, unos recursos que, recuerda, son muy abundantes.
6/5/09
Crecer con las energías renovables
Etiquetas:
noticias