17/9/08

Energía solar espacial tiene futuro, dicen investigadores de EE.UU.


Si se enviara energía solar directamente desde el espacio, las expediciones de ayuda para desastres podrían tener energía para todo su equipo con no más de unas cuantas antenas portátiles y convertidores. Las personas que acampan podrían cocinar sus cenas usando nada más que un aparato en forma de teléfono celular.

Pero los beneficiarios principales de tal tipo de hazaña tecnológica serían muchas comunidades que podrían usar la energía solar espacial para sus redes de energía. Estaciones de energía solar terrestres existen ya en todo el mundo. Pero la luz del sol es ocho veces menos intensa en la superficie de la tierra que en su orbita geoestacionaria. Entonces ¿por qué no recogerla en el espacio y dirigir su energía a la Tierra por medio de rayos de energía de microondas? que pueden penetrar la atmósfera de manera más eficiente, se preguntan investigadores estadounidenses.

Estos investigadores han propuesto mega satélites -- estructuras gigantes posiblemente inflables de platos y antenas fotovoltaicos -- que harían precisamente eso. En las estaciones de recepción en la Tierra, el rayo se podría convertir en electricidad o combustibles sintéticos, que, en contraste con la energía de estaciones de energía solar terrestres, fluirían continuamente a la red sin importar la estación, clima o ubicación.

La idea ha sido estudiada por el Departamento de Recursos Energéticos y la Administración Nacional del Aeronáutica y del Espacio. A mitades de la década de 1990, un estudio de la NASA dirigido por John Mankins produjo un mapa de rutas para investigación y desarrollo relacionados, que fue aprobado por el Consejo Nacional de Investigación. Tenía la idea de varias docenas de satélites de energía solar en orbita geoestacionaria para el año 2050, que enviarían entre dos gigawatts y cinco gigawatts de energía a varias ubicaciones en la Tierra. Sin embargo, el programa, “no ha avanzado debido a que ninguna organización es responsable de programas espaciales y seguridad energética al mismo tiempo”, afirmó Mankins.

En décadas recientes, las tecnologías esenciales para el concepto han tenido un progreso “tremendo”, declaró al Servicio Noticioso desde Washington. Por ejemplo, la eficiencia de la generación de energía solar y la transmisión de energía inalámbrica se ha más que cuadriplicado, permitiendo importantes reducciones en el tamaño, masa y costo potencial de los sistemas de energía solar.

Pero el costo potencial sigue siendo muy alto, lo que desalienta la inversión de los empresarios y el gobierno. El gasto mayor -- el transporte de equipo y materiales en orbita a bordo de un transbordador espacial -- es de 20.000 dólares por kilogramo de carga, o la capacidad de carga de un vehículo espacial. Los proponentes de la energía solar espacial creen que el proyecto sería económicamente posible si el costo de carga se redujera a menos de 200 dólares por kilogramo y el total del gasto de transporte y ensamblaje robótico en órbita se pudiera reducir a menos de 3.500 dólares por kilogramo.

Esto no es probable que suceda muy pronto y un vehiculo de lanzamiento que se pueda volver a usar, necesario para reducir los costos drásticamente, eventualmente requerirá de la inversión del gobierno, aseguró Mankins. Aseveró, sin embargo, que un proyecto de demostración a pequeña escala del concepto de energía solar espacial podría ayudar a convencer a quienes tienen dudas y proporcionar fuerte justificación política para tal tipo de inversión.

Mankins cree que el gobierno de Estados Unidos probablemente vuelva a la idea de energía solar espacial debido a sus muchos beneficios potenciales y aplicaciones, incluyendo el proporcionar energía para la exploración espacial y desarrollo comercial de recursos espaciales.

En septiembre de 2006, la subcomisión de ciencia de la Cámara de Representantes revisó el concepto como parte de una audiencia sobre tecnologías de cambio climático. Además, el Departamento de Defensa lleva a cabo un estudio de factibilidad de energía solar proveniente del espacio. El estudio está programado para completarse en septiembre.

No obstante, Mankins admitió que su defensa de la tecnología es un tanto romántico.

“Pero cuando uno considera el tipo de cosas en las que como sociedad moderna gastamos miles de millones, [apoyar] la idea de energía limpia ilimitada proveniente del espacio no es una meta tan mala”, agregó.

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