Convertir el dióxido de carbono en combustible realmente no es la noticia; anteriores estudios han demostrado que esto se puede conseguir. Lo realmente noticioso es que este método, al contrario que los anteriores, no requiere de luz ultravioleta para conseguirlo.
La Universidad de Pennsylvania ha desarrollado una máquina desarrollada mediante nanotecnología que lo consigue con luz natural.
El catalizador se prepara colocando dióxido de titanio en nanotubos y posteriormente cubriendo los tubos con partículas de platino y cobre. Los tubos luego se colocan sobre un material de dos centímetros cuadrados y se insertaen un aparato frabricado a base de una cámara de metal y una ventana de cuarzo. El dióxido de carbono y el vapor de agua es bombeados a la cámara, que se deja al sol. El metano, etano y propano que resultan de este proceso, producidos en tasas mucho mayores de las conseguidas hasta ahora, aunque todavía no en cantidades útiles para ser utilizados como combustible. Los investigadores ahora están trabajando este aspecto, para poder utilizar el método en cantidades industriales.
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La Universidad de Pennsylvania ha desarrollado una máquina desarrollada mediante nanotecnología que lo consigue con luz natural.
El catalizador se prepara colocando dióxido de titanio en nanotubos y posteriormente cubriendo los tubos con partículas de platino y cobre. Los tubos luego se colocan sobre un material de dos centímetros cuadrados y se insertaen un aparato frabricado a base de una cámara de metal y una ventana de cuarzo. El dióxido de carbono y el vapor de agua es bombeados a la cámara, que se deja al sol. El metano, etano y propano que resultan de este proceso, producidos en tasas mucho mayores de las conseguidas hasta ahora, aunque todavía no en cantidades útiles para ser utilizados como combustible. Los investigadores ahora están trabajando este aspecto, para poder utilizar el método en cantidades industriales.
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