13/3/09

Quant: deportivo solar de Koenigsegg con tecnología FAES de NLV Solar AG

Estamos acostumbrados a ver coches solares de estética horrible, obligados siempre por los sempiternos paneles solares, que no se les puede hacer otra cosa que colocarlos en forma de placas en el techo o disimulando como bien se pueda entre los dorsales del auto. Aparte de feos para reventar, los coches impulsados por energía solar poseen unas modestas prestaciones, más cerca de bicicletas que de coches de verdad. Por no hablar de superdeportivos, que en el ámbito de las energías renovables, los que van a simples baterías impactan al mundo con modelos fabulosos tanto en el diseño como en las características técnicas. Hasta las motos, que suelen ir varios pasos por detrás de los coches, también han mostrado ya sus armas en cuanto a modelos de fastuosas líneas y alta potencia. Pero eso se ha terminado. Por fin alguien consigue presentar un modelo impresionante que exhibe unas curvas de infarto, tanto en su aspecto como en sus gráficas de rendimiento. Se trata del Koenigsegg QUANT, un coche dotado de una tecnología solar de ultimísima generación, que le permite alcanzar velocidades de reactor a la vez que mantiene una línea deportiva que sobrecoge por su agresividad.

En realidad Koenigsegg sólo ha realizado el exterior del coche, esto es, la parte de chasis y estructuras internas, pero ha sido la marca NLV Solar AG la que ha aportado la tecnología punta que se encarga de hacer funcionar el conjunto. La clave que convierte a este coche en una máquina que va a dar mucho que hablar es precisamente el sistema de energía que contempla. Se trata de una tecnología que recibe el nombre de Flow Accumulator Energy Storage (FAES). Tres son los componentes principales que conforman este sistema: en primer lugar, unos paneles fotovoltaicos a modo de lámina transparente que envuelven toda en la carrocería y en la zona acristalada, que se encargan de captar la energía solar; en segundo lugar, unas baterías en las que se almacena la energía eléctrica que proviene de la energía solar captada; y en tercer lugar, dos motores eléctricos colocados en cada una de las ruedas traseras.

Llama mucho la atención el giro que ha dado la ciencia para convertir los pesados paneles solares en una simple lámina transparente llamada Pyradian. Se basa en lo que llaman el “oro de los tontos”, la pirita, un mineral muy parecido al dorado metal pero que en realidad vale poco dinero. Sin embargo, posee unas propiedades eléctricas fabulosas para la misión que tiene encomendada una célula solar y que son muy bien aprovechadas en este sistema.
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