Schott Solar inauguró ayer en el Parque de Actividades Medioambientales de Andalucía (PAMA), ubicado en terrenos próximos a la antigua mina de Aznalcóllar, la primera fase de la fábrica de tubos receptores solares, componentes claves de las centrales de colectores cilindro-parabólicos. Cuando finalice la segunda fase, en diciembre de este año, la inversión total ascenderá a 40 millones de euros, de los que 25 los aporta la compañía alemana, que recibe subvenciones por un total de 9 millones de euros (7 millones de la Junta de Andalucía y 2 de los incentivos regionales del Gobierno central). Por su parte, la empresa sevillana Bogaris, propietaria de los terrenos y de los edificios, que alquila a Schott, ha invertido 7 millones.
La producción de la primera fase arrancó el pasado 1 de marzo y ha supuesto la creación de cien empleos. Con la ampliación los puestos de trabajo de la factoría se elevarán a 150. Cada una de las dos líneas de fabricación o fases tendrá una capacidad de producción equivalente a 200 megavatios de potencia eléctrica. Cuando esté a pleno rendimiento, la fábrica de Schott en Aznalcóllar será la mayor de Europa en su sector y aventajará a la que la misma multinacional posee en la localidad bávara de Mitteerteich, hoy por hoy la primera del mercado. Junto a estas dos plantas, Schott construye una tercera sede de producción de tubos en Estados Unidos (Alburquerque, Nuevo México), que afianzará a la compañía como uno de los líderes mundiales en energía solar.
Ayer, en la inauguración oficial, directivos de Schott recorrieron la factoría junto al consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo; el secretario general de Energía del Ministerio de Industria, Pedro Marín; al alcalde de Aznalcóllar, Juan José Renchal; y el presidente de la CEA, Santiago Herrero, entre otros invitados, a los que explicaron las distintas fases de fabricación de los también conocidos como tubos absorbedores de energía solar, que se fabrican con vídrio y metal.
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