La séptima constructora española por cifra de facturación, con 2.415 millones de ingresos en 2007, trabaja en la selección de los bancos colocadores para tener listo este año el salto al parqué de su filial de energía fotovoltaica a través de una OPS.
Isolux Corsán registró en 2007, año clave en la diversificación hacia las energías limpias y las concesiones de transporte, crecimientos históricos. La compañía que preside Luis Delso obtuvo un resultado bruto de explotación (ebitda) de 191 millones de euros, lo que significa un aumento del 33% respecto al mismo periodo del año anterior.
Los ingresos se dispararon hasta los 2.415 millones, un 24% más, lo que situó el margen sobre ventas en el 8,8%. El beneficio de la compañía, condicionado por los extraordinarios obtenidos en 2006 tras la venta de Europistas, alcanzaron 87,2 millones, un descenso del 15%.
En un periodo de turbulencias en el sector, provocadas por la crisis de crédito hipotecario y el parón del mercado inmobiliario, Isolux afronta 2008 con tranquilidad. La compañía disfruta de un balance saneado, ajena a los sobresaltos del sector residencial, ya que sólo el 2,5% de los ingresos provienen de este negocio.
Se trata de un porcentaje que, probablemente se reduzca aún más en los próximos años por las expectativas depositadas en la división de concesiones de infraestructuras y las filiales de renovables (Infinita y, sobre todo, T-Solar). “Es posible que alguna de nuestras filiales, si no hay contratiempos, cotice en bolsa”, avanza Luis Delso en una entrevista en EXPANSIÓN.
La niña bonita
La niña bonita del grupo es, en estos momentos, T-Solar, la filial de energía fotovoltaica. Isolux gestiona 130 megavatios (MW) en España, más otros 30 MW en desarrollo en Italia. Estos activos, unidos a la fábrica de Orense, la primera de Europa que desarrolla la tecnología de placas fotovoltaicas de capa fina (su coste es un 25% inferior al de la oferta tradicional debido al bajo consumo de silicio), son suficientes atributos para que sus accionistas se hayan planteado su salto al parqué.
“Ya hemos realizado nuestros trabajos internos y nos disponemos a iniciar la selección de los bancos para que la colocación en bolsa se pueda realizar este año”, concreta Luis Delso que, junto a José Gomis, vicepresidente del grupo, tiene el control de Isolux, con el 53,7% del capital. El resto se lo reparten varias cajas de ahorros.
Según el calendario previsto, la planta gallega comenzará a producir este verano, para un mercado en plena ebullición debido a la alta demanda de este tipo de componentes, tanto para uso industrial como en edificación residencial.
El espejo en el que se mira Isolux es la alemana Q.Cells, cuya capitalización bursátil asciende a más de 8.800 millones de euros. Fundada hace menos de diez años, la multinacional alemana ha incrementado su valor en bolsa un 45% en el último año, hasta los 80 euros por acción.
T-Solar está controlada por Isolux (50,1%), que cuenta como socios con la Xunta de Galicia (29%), Caixa Nova (5%) y un grupo de accionistas individuales (16%). Aunque todavía no se ha definido el vehículo para saltar al parqué, los responsables de Isolux se decantan por una oferta pública de suscripción (OPS).
El mercado de energía renovable se ha convertido en un nicho apreciado por los inversores. Después de la OPV de Iberdrola Renovables, la lusa EDP también ha tomado el camino de la bolsa. Al favor de este tipo de empresas juega una rentabilidad garantizada por la regulación del mercado y el apoyo del Gobierno, volcado en la promoción de las energías limpias.
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Isolux Corsán registró en 2007, año clave en la diversificación hacia las energías limpias y las concesiones de transporte, crecimientos históricos. La compañía que preside Luis Delso obtuvo un resultado bruto de explotación (ebitda) de 191 millones de euros, lo que significa un aumento del 33% respecto al mismo periodo del año anterior.
Los ingresos se dispararon hasta los 2.415 millones, un 24% más, lo que situó el margen sobre ventas en el 8,8%. El beneficio de la compañía, condicionado por los extraordinarios obtenidos en 2006 tras la venta de Europistas, alcanzaron 87,2 millones, un descenso del 15%.
En un periodo de turbulencias en el sector, provocadas por la crisis de crédito hipotecario y el parón del mercado inmobiliario, Isolux afronta 2008 con tranquilidad. La compañía disfruta de un balance saneado, ajena a los sobresaltos del sector residencial, ya que sólo el 2,5% de los ingresos provienen de este negocio.
Se trata de un porcentaje que, probablemente se reduzca aún más en los próximos años por las expectativas depositadas en la división de concesiones de infraestructuras y las filiales de renovables (Infinita y, sobre todo, T-Solar). “Es posible que alguna de nuestras filiales, si no hay contratiempos, cotice en bolsa”, avanza Luis Delso en una entrevista en EXPANSIÓN.
La niña bonita
La niña bonita del grupo es, en estos momentos, T-Solar, la filial de energía fotovoltaica. Isolux gestiona 130 megavatios (MW) en España, más otros 30 MW en desarrollo en Italia. Estos activos, unidos a la fábrica de Orense, la primera de Europa que desarrolla la tecnología de placas fotovoltaicas de capa fina (su coste es un 25% inferior al de la oferta tradicional debido al bajo consumo de silicio), son suficientes atributos para que sus accionistas se hayan planteado su salto al parqué.
“Ya hemos realizado nuestros trabajos internos y nos disponemos a iniciar la selección de los bancos para que la colocación en bolsa se pueda realizar este año”, concreta Luis Delso que, junto a José Gomis, vicepresidente del grupo, tiene el control de Isolux, con el 53,7% del capital. El resto se lo reparten varias cajas de ahorros.
Según el calendario previsto, la planta gallega comenzará a producir este verano, para un mercado en plena ebullición debido a la alta demanda de este tipo de componentes, tanto para uso industrial como en edificación residencial.
El espejo en el que se mira Isolux es la alemana Q.Cells, cuya capitalización bursátil asciende a más de 8.800 millones de euros. Fundada hace menos de diez años, la multinacional alemana ha incrementado su valor en bolsa un 45% en el último año, hasta los 80 euros por acción.
T-Solar está controlada por Isolux (50,1%), que cuenta como socios con la Xunta de Galicia (29%), Caixa Nova (5%) y un grupo de accionistas individuales (16%). Aunque todavía no se ha definido el vehículo para saltar al parqué, los responsables de Isolux se decantan por una oferta pública de suscripción (OPS).
El mercado de energía renovable se ha convertido en un nicho apreciado por los inversores. Después de la OPV de Iberdrola Renovables, la lusa EDP también ha tomado el camino de la bolsa. Al favor de este tipo de empresas juega una rentabilidad garantizada por la regulación del mercado y el apoyo del Gobierno, volcado en la promoción de las energías limpias.
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