Si hace menos de un año Bush dijo que las emisiones de EE UU seguirían subiendo hasta 2025, ahora el presidente electo Barack Obama ha anunciado su objetivo de que en 2020 las emisiones vuelvan al nivel que tenían en 1990, con lo que se reducirán un 16,7%. La idea es que en 2025 el 25% de la electricidad del país provenga de energías renovables; que para 2030 la dependencia del petróleo se haya reducido en un tercio y que para 2050 la reducción de gases contaminantes sea del 80%. ¿Cómo va a conseguir todo eso un Gobierno que para superar la crisis económica ya se ha comprometido a efectuar las mayores obras de infraestructura desde la década de los treinta? "No será fácil y no vendrá sin costes ni sacrificio", advirtió Obama en octubre del año pasado. Desde entonces, no ha parado de repetir que si Estados Unidos pudo mandar un hombre a la Luna también podrá investigar nuevas energías para sustituir al carbón y al petróleo.
De momento, el equipo que ha escogido para alcanzar esos objetivos ha sido bien acogido por la mayor parte de las asociaciones ecologistas. El premio Nobel de Física se verá acompañado en la misión por tres políticas con gran experiencia en el sector. La abogada Carol Browner, de 52 años, quien ya fue directora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) con Bill Clinton, será ahora una especie de zar en la Casa Blanca que coordine los planes de energía, medio ambiente y cambio climático. Antes de haber dirigido la EPA Browner ya fue responsable de Medio Ambiente en Florida. Su mano derecha en la Agencia era Nancy Sutley, de 46 años, quien ahora volverá a trabajar para Browner como directora del Consejo de la Casa Blanca sobre Calidad Ambiental. Sutley era hasta hace unas semanas vicealcaldesa de Los Ángeles y gran experta en tratamiento de aguas residuales. El testigo al mando de la EPA lo recogerá Lisa Jackson, de 46 años, quien ya trabajó para la Agencia en 1980 y desde 2006 era responsable de Medio Ambiente en New Jersey.
El contraste de este equipo con sus antecesores es palpable. A Harlan Watson, el principal representante de la Administración Bush en la cumbre del Clima que se celebró este mes en Poznan (Polonia), le preguntó un periodista si lamentaba algo de su política medioambiental. "Sólo lamento no ser más alto y tener 20 años menos", contestó. Sus compatriotas deben lamentar que gente como él haya llevado durante ocho años las riendas del país porque, según una encuesta difundida por The Washington Post el domingo pasado, la principal preocupación de los estadounidenses, al margen de la economía, es la preservación del medio ambiente. El 84% de los encuestados indicaron que Obama debería pedir a las compañías eléctricas que incrementaran el uso de las energías renovables. El 75% consideraba prioritario que Obama implantara medidas para reducir el calentamiento global, porcentaje que apenas era superado por los que consideraban más urgente la reforma de la salud pública (77%) y bastante por encima de los que anhelaban la retirada de Irak (70%) y el cierre de la base de Guantánamo (40%).
El año que viene por estas fechas ya debería haberse redactado el borrador del texto que sustituya al Protocolo de Kioto. Para entonces se sabrá si el Green Dream Team, el Equipo Verde de Ensueño, como lo han bautizado algunos medios estadounidenses, estaba a la altura de la ilusión que despertaron.
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De momento, el equipo que ha escogido para alcanzar esos objetivos ha sido bien acogido por la mayor parte de las asociaciones ecologistas. El premio Nobel de Física se verá acompañado en la misión por tres políticas con gran experiencia en el sector. La abogada Carol Browner, de 52 años, quien ya fue directora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) con Bill Clinton, será ahora una especie de zar en la Casa Blanca que coordine los planes de energía, medio ambiente y cambio climático. Antes de haber dirigido la EPA Browner ya fue responsable de Medio Ambiente en Florida. Su mano derecha en la Agencia era Nancy Sutley, de 46 años, quien ahora volverá a trabajar para Browner como directora del Consejo de la Casa Blanca sobre Calidad Ambiental. Sutley era hasta hace unas semanas vicealcaldesa de Los Ángeles y gran experta en tratamiento de aguas residuales. El testigo al mando de la EPA lo recogerá Lisa Jackson, de 46 años, quien ya trabajó para la Agencia en 1980 y desde 2006 era responsable de Medio Ambiente en New Jersey.
El contraste de este equipo con sus antecesores es palpable. A Harlan Watson, el principal representante de la Administración Bush en la cumbre del Clima que se celebró este mes en Poznan (Polonia), le preguntó un periodista si lamentaba algo de su política medioambiental. "Sólo lamento no ser más alto y tener 20 años menos", contestó. Sus compatriotas deben lamentar que gente como él haya llevado durante ocho años las riendas del país porque, según una encuesta difundida por The Washington Post el domingo pasado, la principal preocupación de los estadounidenses, al margen de la economía, es la preservación del medio ambiente. El 84% de los encuestados indicaron que Obama debería pedir a las compañías eléctricas que incrementaran el uso de las energías renovables. El 75% consideraba prioritario que Obama implantara medidas para reducir el calentamiento global, porcentaje que apenas era superado por los que consideraban más urgente la reforma de la salud pública (77%) y bastante por encima de los que anhelaban la retirada de Irak (70%) y el cierre de la base de Guantánamo (40%).
El año que viene por estas fechas ya debería haberse redactado el borrador del texto que sustituya al Protocolo de Kioto. Para entonces se sabrá si el Green Dream Team, el Equipo Verde de Ensueño, como lo han bautizado algunos medios estadounidenses, estaba a la altura de la ilusión que despertaron.
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