24/2/09

SOLMERAYA, ENERGÍA SOLAR LIGERA Y FLEXIBLE

Solmeraya, EBT de origen almeriense, tiene como principal objetivo el diseño y la fabricación de productos y tecnologías innovadoras en el campo de la industria energética en estrecha colaboración con universidades y Centros Tecnológicos. Su campo de actuación se centra en el uso y aplicación de las energías renovables, en concreto, en el desarrollo, innovación y fabricación de productos vinculados o relacionados con la energía fotovoltaica.

De izquierda a derecha; Enrique Myro, Leyre Gavela y Jose Antonio Navarro
Esta empresa nace en marzo de 2008 con el apoyo de empresarios con amplia experiencia en el sector de las energías renovables y de investigadores de la Universidad de Almería, pertenecientes al departamento de Ingeniería Rural, cuyo domicilio social se encuentra en esta localidad andaluza. Enrique Myro, y José Antonio Navarro –ingenieros industriales–, junto con la Cooperativa Agrícola Alimer (Murcia), son sus principales promotores.

Solmeraya, en las primeras fases de su andadura, se centra en el diseño y producción de un novedoso módulo fotovoltaico de estructura flexible destinado a la producción de energía eléctrica a partir de una de las fuentes más limpias y renovables: la energía solar. “Este innovador producto es capaz de adaptarse a cualquier superficie sobre la que se disponga, incluso sobre superficies curvas. Asimismo, gracias a su bajo peso, aproximadamente un 90% más ligero que los módulos fotovoltaicos cristalinos rígidos, pueden colocarse en cualquier tipo de cubiertas sin tener que añadir una estructura de soporte”, asegura Enrique Myro.

Frente a los tradicionales paneles fotovoltaicos de carácter fijo, estos módulos flexibles presentan un rendimiento eléctrico ligeramente menor por metro cuadrado. Sin embargo, poseen numerosas ventajas entre las que destaca su mayor resistencia a la temperatura y a la suciedad y su bajo coste de producción y comercialización. Asimismo, al tratarse de módulos flexibles, se adaptan a cualquier superficie aprovechando al máximo el espacio disponible y con ello la producción de energía. Por otro lado, los paneles fotovoltaicos solmeraya aumentan su eficacia en climas con un elevado número de horas de sol e insolación, como es el caso de Andalucía.


Uso en balsas de riego y superficies de invernaderos

Este novedoso producto se adapta perfectamente a las necesidades específicas del sector agrícola, como por ejemplo, el recubrimiento en la superficie de los invernaderos y de las balsas de riego. En palabras de Enrique Myro, “con su utilización como cobertura de dichas balsas se obtiene un doble beneficio: por una parte, este material evita la evaporación del agua y la proliferación de algas en el interior de la basa de riego. Y por la otra, se produce energía eléctrica aprovechando la existencia de una superficie que cumple una función, pero que en ella misma no se realiza ninguna actividad”. De este modo, el aprovechamiento de la superficie es máximo, generando una elevada rentabilidad.

Lo mismo ocurre con la superficie de los invernaderos, tan sólo cubriendo el 10% de la superficie de los mismos no se ve afectada la producción agrícola y, por otra parte, suponen una fuente de ingresos adicional y constante para los agricultores con la generación de la energía fotovoltaica. De esta forma se producirá un aprovechamiento electro-fotovoltaico en lugares donde no se aprovechaba nada. Los investigadores de la UAL aportan tecnología avanzada en cuanto al diseño de los soportes de las láminas fotovoltaicas.

Según sus promotores, la mayor dificultad que han encontrado se concreta en el suministro de los módulos fotovoltaicos dentro del mercado intencional. “Esto se debe a que se trata de productos de nueva generación, cuya producción es, hasta el momento, muy limitada”. Y es que, a nivel mundial, actualmente sólo existen seis productores, tres de ellos ubicados en los Estados Unidos, uno en Japón y, el último, en Suiza.

Vía>>