El sector fotovoltaico en España, que en el último año ha tenido un crecimiento exponencial, ha llegado a ese punto en el que se plantea una reflexión. De donde venimos y, sobre todo, a dónde vamos. La nueva regulación fotovoltaica (Real Decreto 1578/2008) aprobada hace escasamente un mes, está sirviendo para hacerse esas preguntas. Esa legislación, menos dura de la que inicialmente se intentaba imponer, va a reducir las primas que reciben los productores de energía fotovoltaica, con recortes sustanciales (se pasará de una retribución de 45 céntimos el kilovatio hora a 34 céntimos o menos). El decreto también contempla la imposición de cupos en cuanto a las nuevas instalaciones que se pueden crear en España (en torno a 400 megavatios cada año entre 2009 y 2011).
Independientemente del tira y afloja del Ministerio de Industria con las empresas del sector en la negociación de esta nueva normativa, que en general se consideraba necesaria para introducir un crecimiento más ordenado y paulatino del mercado, es innegable que el nuevo real decreto provocará una recomposición empresarial.
Músculo financiero y eficiencia
Las palabras concentración, músculo financiero y eficiencia son ahora más importantes que nunca. Triunfarán los más fuertes y los que mejor lo sepan hacer. Un breve repaso del mapa fotovoltaico actual en España da idea de quién puede liderar esa recomposición. La atomización ha sido hasta ahora la regla imperante.
Apenas cuatro grupos (T-Solar, Fotowatio, Renovalia y Solaria) han conseguido un tamaño significativo, según el ránking elaborado con los datos de los distintos parques fotovoltaicos que se han ido anunciado y poniendo en marcha. De esos cuatro grupos, sólo T-Solar ha logrado, a fecha de hoy, superar holgadamente la cifra mágica de los 100 MW instalados.
¿Qué es lo próximo? Como cualquier sector en desarrollo, el mercado fotovoltaico deja atrás una adolescencia alborotada para sumergirse en la madurez, donde se impondrá la lógica empresarial. Ahora se dan todos los ingredientes para propiciar esa transformación.
España ha pasado de 22 MW de potencia fotovoltaica instalada en 2004, a más de 1.100 MW en agosto de este año, según datos de la Asociación de Industria Fotovoltaica (Asif). De las 3.208 instalaciones que había en 2004, ahora casi se ha llegado a 26.000. Eso teniendo en cuenta incluso que en los últimos meses han entrado en funcionamiento algunos megaparques solares. De las 10 mayores instalaciones fotovoltaicas que se han creado recientemente en el mundo, nueve están ubicadas en España, según datos de Pvresources.
Como en cualquier sector económico, las economías de escala son importantes para alcanzar mayor grado de eficiencia y reducción de costes. Los cupos que introduce la nueva normativa limitan la capacidad de crecimiento orgánico de las compañías, que ahora tendrán que buscar oportunidades vía compras. En un entorno de turbulencias bancarias, que han restringido la liquidez y la facilidad de crédito, esa nueva carrera sólo será posible para los que tengan más músculo financiero.
En los últimos meses, de hecho, el énfasis de los proyectos fotovoltaicos no ha estado tanto en su tamaño o singularidad técnica, sino en quién hay detrás. En verano, el gigante General Electric anunció una inversión de 150 millones para entrar en Fotowatio, cuyo consejero delegado es Rafael Benjumea. También entró Landon (familia Gallardo, propietaria de Almirall) con 75 millones.
En T-Solar, que sigue reforzando sus instalaciones (ver información adjunta), están socios industriales tradicionales como Isolux, además de varias cajas, entre ellas Caixanova y Caja Navarra, con vocación de permanencia. No es casual que el mapa solar español se esté configurando en torno a los grupos que cuentan con mayor soporte económico, en muchas ocasiones con grandes empresarios en la trastienda. Otros ejemplos son Renovalia (familia Ortega Martínez, grupo Forlasa), o Gestamp (familia Riberas), por citar algunos.
Más ‘made in Spain’ en placas
España ha apostado por la producción de placas solares, verdadero cuello de botella para el desarrollo del sector. La industria fabricante española de equipos fotovoltaicos alberga el 13% de la capacidad mundial. Algunos grupos han apostado fuertemente por esta área, donde destacan empresas como Isofotón y Solaria. Por otra parte, T-Solar, cuyo consejero delegado es Juan Laso, ha apostado por la estrategia de abarcar todos los eslabones del negocio solar, desde la fabricación de paneles, hasta la puesta en marcha, tenencia y explotación de parques fotovoltaicos. T-Solar inaugura hoy una fábrica en el Parque Tecnológico de Galicia, en el municipio de San Cibrao das Viñas (Orense). En la fábrica, de 14.500 metros cuadrados, se han invertido 80 millones para su puesta en marcha. La producción anual, en una primera fase, será de 700.000 metros cuadrados de módulos de silicio.
Inicialmente, se crearán 186 puestos de trabajo directos.
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26/10/08
El sector fotovoltaico en España está abocado a la concentración
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