El profesor suizo Louis Palmer hizo esta semana una entrada triunfal en la sede de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tras un viaje de cinco meses que le ha llevado a recorrer 14.500 kilómetros en su Taxi Solar, un curioso vehículo de dos plazas propulsado únicamente por energía solar.
"La energía solar es el futuro. Si todas las tejas se cambiasen por paneles solares, desaparecerían las centrales de energía y dejaríamos de consumir petróleo. El sol es un recurso magnífico que estamos desperdiciando", dijo Palmer a Efe.
El coche "limpio" de Palmer ofrece, efectivamente, los servicios propios de un taxi y en su periplo por el mundo ha transportado a más de 400 personas, desde vagabundos hasta un príncipe árabe y un presidente de Gobierno, que han salido del curioso biplaza con el convencimiento de que puede uno viajar sin contaminar ni contribuir al calentamiento global.
En Indonesia, el peculiar taxista espera tener "clientes" de excepción, y ha invitado a todos los ministros de Medioambiente que llegarán el próximo miércoles a Bali a probar su ecológico vehículo.
El Taxi Solar, que arrastra un remolque con paneles solares y alcanza 90 kilómetros por hora sin utilizar ningún tipo de combustible fósil, ha tenido un coste de producción equiparable a la compra de dos Ferraris, pero su creador asegura que costaría sólo 6.000 euros si se fabricase a gran escala.
"Todo este proyecto empezó en realidad cuando yo tenía catorce años. Era un niño que tenía un sueño: quería viajar por todo el mundo. Pero ya entonces me preguntaba cómo podría disfrutar de la belleza del planeta sin contribuir a estropearlo", explicó este intrépido suizo, en un correcto español.
Las ansias aventureras de Palmer le han llevado a atravesar África en bicicleta, América Latina en ultraligero y Australia como observador de la "carrera solar".
"En mis viajes he sido testigo de los efectos catastróficos del cambio climático: en África y Afganistán he visto terrible sequías y en América Latina, inundaciones. Me preguntaba qué podía hacer una persona sencilla como yo para ayudar; para divulgar el mensaje, y entonces recordé mi sueño de la infancia y me empeñé en construir el Taxi Solar", indicó.
El maestro suizo de 37 años, declaró que ha construido el coche "con la ayuda de 200 personas" y sin ningún conocimiento previo porque "en la vida he aprendido que se puede conseguir todo lo que uno se proponga, sólo hace falta no rendirse nunca".
"Tenemos a nuestra disposición la tecnología necesaria para frenar el calentamiento global, sólo hace falta voluntad", apuntó Palmer, esperanzado de que su presencia en Bali anime a los Gobiernos de todo el mundo a invertir más en energías renovables.
"Si yo puedo recorrer el mundo sin usar una sola gota de petróleo, qué no podrán hacer los ministros", se preguntó este conductor ecológico.
La aventura de Palmer le ha llevado a recorrer Suiza, Alemania, Austria, Hungría, Serbia, Bulgaria, Turquía, Siria, Jordania, Arabia Saudí, la India y, ahora, Indonesia.
Pero su periplo no finaliza en Bali, ya que desde aquí seguirá hacia Australia, cruzará el Lejano Oriente, América del Norte y, luego, posiblemente América Latina, para acabar visitando el Norte de África y luego regresar a Lucerna, la ciudad suiza de donde partió el pasado 3 de julio.
Palmer no es un viajero solitario y acepta que se una a su viaje todo aquel que esté dispuesto a ayudar con algo a cambio, en tareas simples como traducir, hacer de guía, ofrecer un lugar donde dormir, hacer fotos o grabar vídeos para difundir su mensaje.
SOLARTAXI
9/12/07
El Taxi Solar "Solartaxi" recorre el mundo contra el calentamiento global
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