El Zephyr-6, sin tripulación, consiguió mantenerse en vuelo en el desierto de Arizona con la ayuda de pilas cargadas con luz solar, informa hoy la cadena BBC, que afirma que estos aparatos pueden ser ideales para tareas militares de reconocimiento.
Este vuelo fue realizado en una base del Ejército de Estados Unidos en Arizona, donde el Zephyr-6 rompió el actual récord mundial de un vuelo no tripulado establecido por el avión estadounidense Global Hawk, de 30 horas y 24 minutos.
En unas declaraciones a la cadena BBC, Chris Kelleher, miembro de la firma británica de defensa e investigación QinetiQ, a cargo de la fabricación del aparato, dijo que estos aviones ofrecen más ventajas que los aviones tradicionales.
"La ventaja principal es la continuidad, que puedes estar allí todo el tiempo", afirmó Kelleher.
La prueba del avión, realizada entre el 28 y el 31 de julio pasado, no es oficial porque QinetiQ no involucró a la Federación Aeronáutica Internacional, organismo que regula los deportes aéreos y que da el visto bueno a todos los intentos de marcar récords.
El Departamento estadounidense de Defensa ha financiado esta prueba a través del llamado Programa Conjunto de Demostración Tecnológica (JCTD, siglas en inglés) porque busca nuevas tecnologías para dar apoyo a sus tropas en tierra.
"Creemos que el Zephyr está cerca de ser un sistema operativo, aspiramos a que lo sea en los próximos dos años", dijo Kelleher.
El Zephyr, de treinta kilos y montado con fibra ultra liviana, fue guiado a través de control remoto hasta alcanzar una altitud de 18 kilómetros y después voló con piloto automático y a través de comunicaciones vía satélite.
Según informa la BBC, el Zephyr ha demostrado que puede hacer frente a temperaturas extremas, desde los 45 grados centígrados a nivel del suelo en el desierto de Arizona hasta los 70 grados bajo cero al alcanzar una altitud de 18 kilómetros.
Este vuelo fue realizado en una base del Ejército de Estados Unidos en Arizona, donde el Zephyr-6 rompió el actual récord mundial de un vuelo no tripulado establecido por el avión estadounidense Global Hawk, de 30 horas y 24 minutos.
En unas declaraciones a la cadena BBC, Chris Kelleher, miembro de la firma británica de defensa e investigación QinetiQ, a cargo de la fabricación del aparato, dijo que estos aviones ofrecen más ventajas que los aviones tradicionales.
"La ventaja principal es la continuidad, que puedes estar allí todo el tiempo", afirmó Kelleher.
La prueba del avión, realizada entre el 28 y el 31 de julio pasado, no es oficial porque QinetiQ no involucró a la Federación Aeronáutica Internacional, organismo que regula los deportes aéreos y que da el visto bueno a todos los intentos de marcar récords.
El Departamento estadounidense de Defensa ha financiado esta prueba a través del llamado Programa Conjunto de Demostración Tecnológica (JCTD, siglas en inglés) porque busca nuevas tecnologías para dar apoyo a sus tropas en tierra.
"Creemos que el Zephyr está cerca de ser un sistema operativo, aspiramos a que lo sea en los próximos dos años", dijo Kelleher.
El Zephyr, de treinta kilos y montado con fibra ultra liviana, fue guiado a través de control remoto hasta alcanzar una altitud de 18 kilómetros y después voló con piloto automático y a través de comunicaciones vía satélite.
Según informa la BBC, el Zephyr ha demostrado que puede hacer frente a temperaturas extremas, desde los 45 grados centígrados a nivel del suelo en el desierto de Arizona hasta los 70 grados bajo cero al alcanzar una altitud de 18 kilómetros.